Nuestros ojos son sensibles a la luz visible,
que tiene una longitud de onda del orden de los 0.0000005 metros.
Esta longitud de onda es lo suficientemente pequeña como para que en nuestra vida diaria no notemos el problema de resolución asociado con la longitud de onda, ya que en general no necesitamos ver objetos que tengan tamaños del orden de los 0.0000005 metros.
Sin embargo, la longitud de onda de la luz visible es demasiado grande para analizar cualquier objeto más pequeño que una célula. Para observar objetos bajo grandes aumentos, se deben usar ondas con menor longitud de onda. Esta es la causa por la cual se utiliza el microscopio electrónico cuando se estudian objetos submicroscópicos, tales como los virus. Pero incluso el mejor microscopio electrónico de barrido sólo puede mostrar una imagen borrosa de un átomo.